11 may 2010

Ayer me adentré en la vagina de mi creación, una hendidura con borde morado y naranja en lo profundo. La encontré justito en la bóveda de mi cráneo, que descubrí mientras paseaba por los jardines de la sien, donde sopla una brisa suave y refrescante que precede a tormentas eléctricas de viento y conocimiento, corrientes de energía química que se bambolean entre el occipital y el frontal masajeando todos los resquicios insondables que la luz nunca conoció gracias al éter que flota a mi alrededor.

1 comentario:

Argot azul dijo...

¿Tan excitante te parece sacarte un moco?!
pero la próxima vez, no profundices tanto,
que eso de rascarse el cerebro, no es bueno,
...solo hay que verte.

=D