8 dic 2009

01/12/09

Llevava tiempo sin escribirte, y no me ha hecho ningún bien.
Me duele la cabeza de ideas asimiladas antes de su concepción, me arde el deseo de rebozarme en la oscuridad, el misterio que me rodea y cada vez veo más inalcanzable; cada paso que creo dar hacia una comprensión ulterior, hacia un mejor entendimiento de mi conducta, circunstancias... me tropiezo inevitablemente con la cuerda que son los sentidos, que me engañan y me impulsan a la vida. Combatiendo falta de amor con creación, desgarradora, sin pasión, con toda la pasión por que no hay sentimientos vanos ni infantiles, tan sólo el deseo de desnudar mi alma hasta las últimas consecuencias, porque la muerte, muerte, muerte, no hay palabra más profunda, muerte murmullo maligno moteado de morado. Muerte. Susurro cuya cúspide te atraviesa la garganta como paja cuarteada por tridentes, un deshecho manejable.
Romper sensaciones de colores, alegrías inconexas, descansos de manicomio.
Muerte, qué palabra tan perfecta. Te saboreo sencilla, secreta y desnuda, misterio, fin de todo misterio y miedo, sobre todo miedo. Miedo a no ser inmortal, a deshacer el yo de golpe. A golpe de hacha, súbita, tajante. Leñador que tala sin pensar pedazos de carne destinados al fuego, crematorio de toda maldad. Opuesto a todo engaño.

3 comentarios:

Alicia Abatilli dijo...

Combatir esa falta de amor, tarea ardua,quizás creando pueda disiparse un poco el dolor.
Ojalá que así sea.
¿Volvemos a reír otra vez?
Un abrazo.
Alicia

LAO dijo...

En realidad la falta de amor es otra clase de muerte. Mas muerte que la propia muerte. Con la diferencia que de la verdadera no se muede regresar. En cambio al amor se puede volver si uno está bien dispuesto. El corazón se abre desde adentro, por propia voluntad. Te deseo lo mejor!!

Anónimo dijo...

Felices fiestas y un próspero año nuevo para tod@s.
Mis mejores deseos, un abrazo.