12 feb 2009

La Dolorosa II

En mi barrio las ventanas son espejos, pero ahora solo reflejan negro y misterio.
Prefiero la noche porque la calle está en silencio, se puede escuchar lo que susurran las alcantarillas, rezumando el agua de lluvia que sobra en la acera. Las farolas tienen luz naranja y la noche no parece serlo, parece una de esas salas donde los fotógrafos exponen sus negativos, donde se masca tensión, donde no solo se revelan fotos, sino el talento de sus autores. Yo ya no tengo de eso, soy como una foto en blanco de tanto ser revelada sin éxito, no irradio luz propia porque nunca la tuve.

Me gusta sentirme del montón. Del montón de los que escuchan, porque nadie tiene nada que decir, y qué mejor que escuchar para pasar el tiempo.

Quizás otro café mantenga los párpados en su sitio.

Nunca me había fijado tanto en los pequeños establecimientos que adornan la calle. Se reflejan en los charcos naranjas del suelo, recordando a fantasmas volátiles que se esfuman tras una simple pisada. Tiendas antiguas que venden restos de otra civilización, testigos del cambio, pero férreamente agarrados a su época. Son los que mejor se mimetizan con los adoquines amarillentos; que dan fortaleza a la ciudad, dotándola de un color evocador del pasado más lejano.
Bares, cafeterías distinguidas, la luz eterna de la tienda de bocadillos, que absorben más alcohol de madrugada que el suelo de la discoteca; tiendas donde puedes encontrar cualquier cosa que busques, y entre el puesto que huele a aceite (si se le puede llamar así) y el quiosco de la esquina, una funeraria sombría, que succiona el aliento de los viandantes, ebrios en su mayoría.
Mi propia voracidad me consume, el deseo de evolucionar hacia horizontes insospechados, malos o buenos, más allá. No tengo paz, porque no me quiero preparar para la guerra, me niego, afirmo, pero me niego. Solo un pequeño trozo de materia deglutiendo cafeína, como un repugnante gusano baboso.
Es curioso, los escaparates reflejan mi silueta. Puedo ser el maniquí sin manos, o la mujer de pechos duros como la piedra. También puedo reflejarme en la mirada de aquel hombre, ¿por qué no?
Siempre me ha intrigado la extraña forma de vivir que tienen los mendigos, ajenos a todo sistema, aprovechándose del clima de mala conciencia que se crea a las puertas de una iglesia. Hacen bien, distinguiendo a los verdaderos fieles de los que solo aparentan serlo. Quizás los más creyentes sean aquellos que le llenan la gorra de céntimos, quizás no. Poco importa eso, las limosnas solo distinguen.
Él vive tranquilo en el rincón de calle, su aliada. Las paredes le protegen del viento mistral, la pastelería le deja embriagarse con aromas de exquisitos manjares, y de vez en cuando alguien piadoso le da lo suficiente como para poder calentarse con un cartón de vino recién exprimido, directamente del supermercado más cercano a sus manos temblorosas y encallecidas. Me gustaría estar en su pellejo, no medir las consecuencias, simplemente aceptarlas como parte de uno mismo. Su piel se asemeja a una coraza, dispuesta a soportarlo todo. Parece que no necesite comer, ha aprendido a dominarse, ahora forma parte de la ciudad, y es tan fuerte como sus reforzadas murallas añosas.
Vuelvo a casa. El despertador debe estar sonando por pura costumbre, pero hoy no tiene sentido su timbrazo porque esta vez no interrumpe ningún sueño, no hay nadie que le escuche chillar como un grillo agónico, representando la conciencia implacable que me aturde todas las mañanas. Por lo menos he tenido un momento de soledad, despreocupación, me he sentido fuera del sistema, como el desvalido vagabundo, cuyos pasos van dibujando el camino; y eso es algo que no se puede pagar con dinero.

28 comentarios:

sonoio dijo...

este breve momento de soledad/declaración talvez de principios
"No tengo paz, porque no me quiero preparar para la guerra..."
maravilloso

[H/C]--(S) dijo...

Que viva! ^^ Los filosofos alemanes siempre han sido mis preferidos pero Nietzsche siempre ha sido el campeon de alemania ^^

Lo dicho.. Que VIVA

(S)

Xaj dijo...

Una puñalada de realidad en las achuras, si. Que bueno vivir del desenchufe.

Saluditos.

Viperina dijo...

Waaaaaaoooooo!!! Mientras te leía me he sentido transportada a esas calles, a ese ambiente tirando a sórdido, a esa cruda realidad.Aún estoy alucinando...
Besos, amigo; sigue escribiendo así.

Anónimo dijo...

Has dado en el clavo: fuera del sistema abrasador, fuera de la rutina alienante; perfecto. Pero, ¿quién quiere ser el mendigo de ese sistema?

Muy bueno.

besos

Verdial dijo...

Sinceramente, eres de lo mejor que escribe en internet. Yo no soy ni escritora, ni crítica literaria, ni entendida (que más quisiera yo), pero si sé cuando las lineas me llegan hondo, y te puedo decir que las tuyas lo hacen. Y créema, no a todos los que leo consiguen hacerlo.

Un abrazo

Humanoide dijo...

Soledad bajo un cielo indiferente.

Caracola Light dijo...

Realismo depresivo. Me ha encantado leerlo.

Allek dijo...

hola espero que estes de maravilla..
pàsaba a dejarte un abrazo...

Juan Duque Oliva dijo...

Ponerse su piel un momento, pero quedarse para siempre con ella tiene que ser muy duro.

Ojala pudiéramos desenchufar de vez en cuando.

Me encantó

Cabeza de Hierro dijo...

P. K. Dick lo dijo muy bien: incluso yendo contra el sistema se acaba siendo parte de él. Y el caso es que no puedo decir que te conozca, pero a tenor de lo leído en este blog, no creo que debieras temer o no temer dicho sistema, precisamente por los ojos con los que lo observas, que son algo completamente ajeno, y nuevo.
He ahí lo maravilloso.
Y quién diría que eres un retrato en blanco, visto lo visto xD

Miguel Ángel García González dijo...

Que grande el bueno de Philip k

MR BLOG. dijo...

Nos tomamos la libertad de agregarte a nuestra familia de blogs, espero no te moleste, gracias.

Andrea dijo...

Hola, vengo desde MR Blog, a conocerte. Tu relato me ha conmovido, de verdad. Me alegra haber descubierto tu blog. Un abrazo.

josé lopez romero dijo...

Magnífico pasaje urbano mi amigo, cosas así son las que más me agrada encontrar, alguien que anda por las calles vivenciando palmo a palmo y diciéndolo desde las entrañas..sino de que va...

mj dijo...

Es lo mejor un paseo urbano y no perderse ni un detalle. Me gusta tu exposición de lo que acontece en tu caminar.
Un beso
mj

Alimontero dijo...

Vengo para felicitarte por tu reconocimiento en Mr. Blog.
He llegado primero porque recibí tu visita...gracias! yluego te veo en el Círculo HIspano de Blogger´s
Es un bello espacio para reflexionar!
Felicidades!!

Ali

Teresa dijo...

volveré cuando la luz del día propicie la lectura.

Teresa dijo...

Charcos naranjas que disuelven paisajes y vidas con nuestras pisadas. Charcos con restos de gasolina y vidas con restos de mugre.

roxana dijo...

feliz dia y buen fin de semana
roxana

Adu dijo...

"Lo mejor de la vida es gratis", me dijo Miguel en mitad de la Gran Vía mientras esperábamos que el semáforo se volviera verde para los peatones. Verde que te quiero verde.
Pero esto fue hace muchos años, aunque lo recuerde a menudo y, obviamente se trataba de otro Miguel.
Gracias por linquearme.
No hay que dejarse llevar por los hados de la fortuna, hay que dialogar con ellos hasta convencerles.

roxana dijo...

los momentos de cada uno!!! para reir, escuchar, escucharse, observar, llorar. reir hacer lo que uno necesita hacer!!!!!
me gusto y lo comparto.y tambien trato de respetarlos!!!! un abrazo
roxana

J. Marcos B. dijo...

"No tengo paz, porque no me quiero preparar para la guerra..."

La única guerra que no se puede dejar de afrontar sin miedos,-según mi humilde entender- es la que esta en nosotros mismos...es la única forma de lograr la Paz...cada uno elige vivir desde su sombra o desde su cuerpo. Ahora uno puede también elegir ser un mendigo y quizás hasta iluminado...!, no esta prohibido.

M

Andrea dijo...

Hola! He visto que me sigues en mi blog de Pilates, me alegra. Sin embargo debo advertirte que no hago demasiadas publicaciones en él, lo tengo más bien por una cuestión de trabajo. Me gustaría invitarte a pasar por el otro, cuando gustes, http://soyconsciente.blogspot.com que es al que le dedico más atención. Un abrazo y un placer.

lys dijo...

Siempre me ha llamado la atención lo generosa que pueden ser algunas personas a las puertas de una iglesia, y como debe ser vivir al margen de toda la sofisticación de la sociedad. Como ves amigo, tengo que volar y experimentar que se ve en los charcos de mi barrio.

Te dejo un beso

Caselo dijo...

Migul en realidad basta sentirse unido a la ciudad. Me gustan las imágenes de la calle que incluyen aquellos seres que en el día- ni nunca- nos detenemos a mirar. Y pienso que ellos pertenecen a la periferia; ese espacio estan impensado y poco recirrido por quienes habitasmos en el centro. Esa perifaria está conformada por aquello que llamamos subterraneo, lo que se encuentra debajo de ese orden establecido por la "cultura oficial". Allí precisamente aparecen los excluidos del sistema, los fantasmas que no queremos escuchar porque, te aseguro, tenemos miedo de las verdades que nos van a decir. Y ya que tocas tangencialmente el tema de la Iglesia, te invito a que leas mi último post. Te felicito, es un relato ante todo sincero y muy bien escrito

Un abrazo

Carlos Eduardo

Mónica dijo...

A mi siempre me a intrigado...Lo paradójico que es, que cuanto más tienes menos libre eres y viceversa.

Maite dijo...

Hola!!

Por fin puedo seguirte, te había dejado un comentario, pero me dice que ediciones conflictivas, no hay manera chico!!

Buenas letras ehhh!! Enhorabuena!!

Maite